El consumidor podrá reclamar:
Directamente a la empresa o establecimiento:
En primer lugar, es preciso disponer del justificante de compra o del contrato del servicio.
Dirígete a la empresa o establecimiento siguiendo el procedimiento que éste tenga establecido para atender consultas y reclamaciones. A menudo las empresas facilitan un número de teléfono, fax o una dirección de correo electrónico.
En este caso, la mejor opción es dirigir a la empresa la reclamación por escrito. El burofax es un sistema de comunicación que da fe del contenido del escrito, ya que en la oficina de correos sellarán la fotocopia que hay que llevar y, además, se tendrá constancia de su recepción por parte del destinatario.
No olvide redactar sus pretensiones en el escrito, adjuntar copias (nunca originales) de documentos que estén relacionados con el bien o servicio, firma y fecha.
Por escrito:
Realizado por el reclamante, por el que será aportado, como mínimo, la siguiente
documentación:
- Datos personales, que incluyan nombre, apellidos, dirección y teléfono del consumidor, entre otros.
- Datos de la empresa o establecimiento objeto de la reclamación, entre los que se deben indicar el nombre comercial, la razón social, el domicilio y el teléfono.
- Documentación relativa al caso. Se deben aportar tiques, facturas, presupuestos, documentos contractuales, recibos e incluso, información publicitaria.
- Motivo de la reclamación: Especificando lo que ha sucedido y lo que solicita.
Mediante hoja de reclamaciones:
El consumidor puede denunciar la existencia de una posible infracción o irregularidad en el producto o servicio recibido, o bien puede reclamar a la empresa que preste el servicio la restauración del servicio o del producto en las condiciones pactadas inicialmente.